jueves, 19 de agosto de 2010

Desconexión estival

El abandono temporal de las funciones habituales de los seres humanos hace que durante un periodo de tiempo (para el que lo vive siempre es demasiado breve) la rutina de la mayor parte del año se rompa.
Quizá las altas temperaturas, la prolongación de los días que hace que se viva cada momento más intensamente, las vacaciones o la llegada de acontecimientos sociales que en otras épocas del año menos 'calentitas' no se dan, hacen que sea común los parones de verano.
Ninguno de los anteriores es el caso de este blog pero la teoría de esta que escribe podría decirse en un tono burdo y con algo de sarcasmo (aunque todos sabemos que entre broma y broma la verdad asoma) es que no escribo nuevas entradas porque con las altas temperaturas se fríen los cerebros y se hace más complicado, por un lado escribir, y por otro que los que lean presten atención. Sin embargo, quien me conoce sabe que últimamente el pluriempleo es uno de los escasos recusos que a algunos, en ocasiones muchos, profesionales nos vemos obligados a recurrir para llegar, a duras penas, a fin de mes.
Total, que doy vacaciones al menos hasta que a mí me parezca. Y es que, como dije una vez, me niego a hablar de los últimos cotilleos de la tele o mi opinión personal de un producto o servicio que conozco a duras penas. No estoy a favor de los juicios de valor que hacen aquellos que creen que tienen el valor para criticar sin saber de la misa la mitad.

Un saludo