La Caja Mágica

Veo como el agua dibuja diferentes formas contra el cristal mientras mantiene un tintineo constante. De fondo, un sonido se eleva cada vez más entre lo que mis oídos son capaces de reconocer.

Ahí está, cálida y constante en su función. Durante años me ha acompañado y apenas he caído en la cuenta. Me detengo a escucharla con el interés y la curiosidad que aún me provoca el magnetismo del sonido. De pequeña, miraba absorta una pequeña caja de plástico que era capaz de recoger y reproducir los golpes de aire que personas o cosas modulaban. Ese recuerdo perdura con el tiempo. Aunque con más conocimientos técnicos, que me permiten saber el porqué de las cosas, la fascinación de ese objeto que parece pasar inadvertido ante la vorágine de la digitalización, crece por segundos.

Yo, que siempre te había usado para repoducir aquello que ya sabía que me iba a llegar al corazón, busco ahora que me sorprendas, y casi a diario lo consigues.